El ambiente interno de nuestro cuerpo tiene un pH (potencial hidrógeno), el cual es una medida de acidez o alcalinidad.

El pH se mide en una escala de 0 a 14. Un pH exactamente de 7.0 se dice que es neutro, un pH por debajo de 7.0 es ácido y un pH por encima de 7,0 se dice que es alcalino.

Para que nuestras células trabajen de forma correcta y apropiada su pH debe ser ligeramente alcalino. En una persona que esté en perfecto estado de salud el pH debe estar entre 7.35 y 7.45.

Cuando el pH llega a ser ácido es debido a múltiples  razones, ya sea por errores dietéticos por un excesivo consumo de alimentos ácidos y falta de alimentos alcalinos.

De generarse un  desequilibrio en el Ph y el ambiente se torne ácido, se pueden presentar algunas alteraciones como:

•Disminución de la capacidad del cuerpo para absorber los minerales y otros nutrientes importantes

•Disminución de  la producción de energía en las células

•Disminución  de la  capacidad para reparar las células dañadas

•Disminución   de la capacidad para desintoxicar los metales pesados

•Disminución de la capacidad del sistema inmune para combatir y eliminar las células tumorales.

•Susceptibilidad a la fatiga

•Los alimentos provocan una reacción ácida o alcalina que se manifiesta en el pH de la sangre, a pesar del pH que posea cada alimento.

•La dieta alcalina se basa en que nuestra alimentación ayude a mantener a nuestro cuerpo en un pH alcalino de aproximadamente 7.4.

1. •Esta dieta se compone de aproximadamente de un 80% de alimentos alcalinos y un 20% de alimentos ácidos.
   

Lista de los principales alimentos

•El limón, al tener un pH 3,5 y ser una fuente de vitamina C, está considerado un gran alcalinizante por ello se recomienda incorporarlo de forma habitual en la dieta. Podemos consumirlo con agua o utilizarlo como vinagreta para ensaladas.

Conclusión: Todos los alimentos que comamos, pasarán por nuestro estómago, cuyo ambiente es muy ácido (pH entre 1.5 y 3.5), que es lo ideal para que enzimas digestivas como la pepsina puedan actuar. El consumo de alimentos ácidos o alcalinos es irrelevante para el pH en el estómago. Además, esta acidez será neutralizada después, en el intestino delgado, porque, una vez más, esto es necesario para continuar con el proceso de digestión y absorción.